miércoles, 6 de junio de 2007

EL MATRIMONIO RELIGIOSO EN ARIZONA

Por: Héctor Huerto Milla.

Conforme pasan los años y tal como vamos visitando otros Estados del hemisferio, se confirma nuestra convicción sobre la validez de la teoría de la escuela alemana, propuesta por Peter Haberle, quien sostiene que la Cultura de los pueblos constituye el cuarto elemento del Estado; es decir, a los elementos Territorio, Pueblo y Poder, se suma la Cultura.

Con motivo de la celebración del matrimonio religioso de la Ing. Raquel Peña, de origen peruano y el Ing. Agustine Marín, norteamericano, llegamos al Estado de Arizona, su capital la ciudad de Phoenix, celebrada en la Parroquia Nuestra Sra. del Perpetuo Socorro, en donde tuve la seguridad de que el acto litúrgico era similar a la celebraciones religiosas del Estado peruano. Sin embargo, por los antecedentes culturales de los católicos norteamericanos no es así; por cuanto, la ceremonia es mucho más emotiva, ya que contiene una mayor vivencia entre los contrayentes. Además toda la celebración esta acompañada de una activa participación de un ramillete de jóvenes y dos infantes.

Iniciada la ceremonia, el sacerdote recibe en el Altar Mayor a los contrayentes y anuncia la celebración del matrimonio, se acercan al referido Altar las dos madres de los futuros esposos, quienes toman dos velas pequeñas en sus manos, las encienden y las colocan como guarnición de un hermoso cirio; cuyo acto nos deja la impresión de que cada una de las velas representan la vida de cada uno de los hijos que van ha recibir el sacramento del matrimonio.

Acto seguido, hacen su ingreso al Altar de la Iglesia tres damas y tres varones, más dos infantes, quienes toman su respectivo lugar. Las damas al costado izquierdo de la novia y los tres varones al costado derecho del novio, con vestidos de gala. Ambos grupos están flanqueados por dos niños infantes. El niño portando los aros matrimoniales y la niña un ramo de rosas blancas.

Como se podrá verificar no existe la presencia de los padrinos ni de los padres como parte activa de la liturgia, tal como se acostumbra en la ceremonia religiosa peruana.Dentro del marco descrito se desarrolla la celebración de la misa matrimonial, para luego concluir con la bendición de los aros y la colocación de los mismo en las manos de ambos esposos que son portados por el niño. En la misma forma y con las mismas palabras que se realiza la celebración en el Estado peruano.
Acto seguido, los contrayentes, luego de ser declarados marido y mujer, se acercan al gran cirio que está ubicado a un costado del Altar Mayor y, ambos esposos, toman las velas que fueron encendidas por sus respectivas madres para encender el gran cirio; sin duda alguna, como una clara enseñanza de que ambas vidas llegaron por separado a este mundo y a la iglesia y, luego de la celebración matrimonial, termina unidos como una sola luz, para seguir una sola vivencia y con un solo destino: La felicidad.

Terminada la ceremonia religiosa, la niña acompañante de las tres damas, hace entrega a los esposos del ramo de rosas blancas, que es recibida por ambos y son depositados ante la sagrada imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro, Patrona de la ciudad de Phoenix- Capital de Arizona; en señal de la consagración del matrimonio a la Virgen Maria, madre de Jesucristo.

Con la experiencia vivida en el Estado de Arizona, estimo sin duda alguna, cada Estado del hemisferio tiene raíces culturales propias que no pueden ser universalizadas y menos pueden ser impuestas por la fuerza, aún cuando tengan el mismo origen como es el caso de la Iglesia Católica; motivo por el cual, tengo la plena seguridad que la cultura de los pueblos, sustentado en los usos, costumbres y tradiciones ancestrales, pasará ha formar parte como un elemento más de los Estados del mundo y, con ello, los elementos del Estado no serán tres sino cuatro: Territorio, Pueblo, Poder y Cultura.

Arizona,07 de Mayo del 2007

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